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6. Pensamientos Benevolentes

LOS PENSAMIENTOS BENEVOLENTES ME CONECTAN CON MI EQUILIBRIO EMOCIONAL

Parte 1

Ya hemos visto el poder que tienen los pensamientos benevolentes, tanto en las relaciones, como en nuestro bienestar, como en la modificación de las creencias limitantes… Hoy vamos a ver el poder de los pensamientos benevolentes en nuestras emociones. Y lo vamos a tener como gran herramienta de transformación para ellas.
El pensamiento benevolente es un tipo particular de pensamiento. El concepto es muy antiguo y ya está en la Biblia. Yo lo conocí, y no me canso de agradecerle, con el Dr.en Física Jean Pierre Garnier Malet, quien dice que ellos son energía. Una energía tan poderosa, capaz de transformar situaciones de guerra, a paz. Hay una explicación científica para esto, que excede este espacio…
A mi esto me ayudó a una gran transformación personal y especialmente en las emociones.
Los pensamientos benevolentes consisten en: “Pensar en hacer a otros, pensar para los demás, pensar en el otro como me gustaría que ellos pensaran en mí”.
Si yo leyera el pensamiento de la otra persona, me sentiría feliz de lo que piensa. Si la otra persona leyera mi pensamiento, se sentiría feliz de lo que yo pienso de ella.

¿Qué tiene que ver esto con las emociones? Tiene Todo que ver… ¿Pero “pensar para otros qué tiene que ver conmigo?”, me dirán… o cómo puedo tener pensamientos benevolentes si estoy muy enojada con alguien”¡Si! Porque los pensamientos van íntimamente relacionados con las emociones. Cuando lográs cambiar el pensamiento que sigue a una emoción, cambia la emoción. Me van a decir: ¡Pero es muy difícil! Solo al comienzo…es como un hábito, una gimnasia…
Mañana explicaré más el sentido que tiene esto…
Hoy te invito a ver la aplicación de los pensamientos benevolentes para otros. ¿Es una técnica? No… es una forma de pensar y de vivir…es, sobre todo, una decisión, pero no estamos habituados a ello, por lo tanto, primero, la aprenderemos como una técnica más, así como aprendemos la repetición de frases… o el silenciar la mente…
Podemos tenerlos en cualquier momento, pero te invito a tenerlo especialmente en el momento en el que te sentís atrapado/a por una emoción fuerte, de las que no te gustan…
Los pensamientos benevolentes no tienen una estructura, solo pensá en qué te gustaría que te deseen a vos…Por ejemplo: te veo sano, te veo lleno de amor, feliz, con excelentes relaciones en tu vida…te veo en equilibrio… en paz… Si estás enojado/a quizás no puedas tener pensamiento benevolente para esa persona… no lo hagas para esa persona… hacelo para alguien que ames…. Y fíjate qué te pasa…
¿Qué creés que vas a generar con esto? ¿Qué crees que va a pasar? ¿Te animás a probarlo? ¡Contame después qué te pasó! Sentí la energía que se manifiesta con el pensamiento benevolente. Es como un interruptor de la emoción…. Cambiás la emoción y te invade la sensación de paz…o por lo menos, te baja los decibeles de la emoción que traías… Esto genera muchísimas consecuencias para nuestra vida… que hacen no solo a bajar la emoción que estamos transitando, sino que no genera las consecuencias nefastas que puede generar el torbellino que ocurre con algunas emociones… sobre todo, las que afectan a nuestra salud, y además tiene un efecto fundamental en nuestra vida. Van mis pensamientos benevolentes para vos, que estás leyendo.

¡Te veo aprendiendo de tus emociones y transformando aquellas que te hacen impiden lograr paz! ¡Te veo viviendo emociones que te permitan expresar tu ser en plenitud! Te veo siendo y dando todo el amor que sos…viviendo y experimentando la certeza, la unidad ¡Te veo feliz!
¡Hecho está!

Encuentro el equilibrio emocional eligiendo mis pensamientos.

LOS PENSAMIENTOS BENEVOLENTES ME CONECTAN CON MI EQUILIBRIO EMOCIONAL

Parte 2

El Dr. en física Jean Pierre Garnier Malet nos explica que el pensamiento es energía y que vivimos las consecuencias de nuestros pensamientos.
Ellos a la vez, activan o sostienen a nuestras emociones… Muchas veces se dice que el pensamiento crea realidad, pero pocas veces nos ponemos a ver cómo nuestros pensamientos, al crearla, definen el
mundo emocional que vivimos…
Generamos desequilibrios con nuestros pensamientos… Depende de cuál sea nuestra interpretación y de la calidad de nuestros pensamientos, ¡serán las emociones que vivamos!
Si mis pensamientos son caóticos, negativos, los percibo como reales e inmodificables, mis emociones seguirán el camino de estos pensamientos. Es más, las emociones nos ayudarán a reforzar estos pensamientos. Un ejemplo. Si vivo pensando que todo es sucio, contaminado, que hay gérmenes por todos lados y bacterias en el aire, mi emoción de miedo será permanentemente reforzada… y cada persona, cada cosa que toque va a ser fuente de “peligro” para mi…. Es más, mi cuerpo va a generar una baja de defensas ante ese miedo, por lo cual, seré vulnerable a cualquier germen, que ande por la vida…y me enfermaré. No me enfermo por el germen, sino por la reducción de mis defensas que mi cuerpo generó por medio de mis pensamientos. Mi cuerpo manifiesta el desequilibrio de mis pensamientos.

Nuestro cuerpo vive la consecuencia del desorden de nuestros pensamientos y de nuestras emociones. Por lo tanto, es fundamental cuidar la calidad de nuestros pensamientos.

El pensamiento benevolente, ya vimos, también es una energía, que crea en nosotros y nuestro entorno una energía positiva inmediata. Restablece ese orden para nosotros.

Vimos, y seguramente lo experimentaron, cambia la calidad de nuestro pensamiento y cambia nuestra emoción…. ¿Se nos va el enojo? A veces si, pero no es el objetivo que se vaya el enojo, sino poder bajar la intensidad de la emoción del enojo, que nos permita retomar la calidad de nuestros pensamientos, para no permitir que lo que pensemos y lo que digamos desde el enojo, genere consecuencias negativas en el futuro, para nosotros ni para las otras personas…

¿Cuáles son esas consecuencias?
Primero, las enfermedades que son producto de desequilibrios energéticos, emociones no resueltas y no
expresadas de nuestro pasado (reciente, de nuestra vida, de nuestros ancestros)
A veces no encontramos la explicación a un dolor de estómago, y la buscamos en lo que comimos, sin prestar atención a lo que pensamos y qué emoción estaba presente…

Con el pensamiento benevolente, no estamos rechazando las emociones que nos ocurren… Estamos haciendo dos cosas: Desde el origen, poder transformar el mundo emocional en el cual vivimos. Y cuando ellas ocurren, las estamos transformando… reconociéndola, no rechazándolas…y no activando el poder negativo que el pensamiento desde el enojo puede causar… El pensamiento benevolente nos permite echar agua, cuando el incendio comenzó…

SOMOS UN TODO INDIVISIBLE: EMOCIONES, CUERPO, PENSAMIENTOS, ENERGÍA, ALMA.

Ya vimos la mirada holísitica, la inteligencia cuántica. Vamos a profundizar.
No podemos hablar del ser humano, sin hablar de todos estos aspectos…De hecho somos energía, con propiedades específicas de ella que también se aplican a nosotros… Somos emociones, sentimientos, estados emocionales , estados de ánimo, el componente emotivo de nuestro ser….Entrelazado con nuestros pensamientos, que forman nuestras creencias… Somos nuestro cuerpo, en el aspecto biológico, el gestual, el orgánico y el físico, desde la célula y el ADN, nuestro cerebro, nuestras neuronas, cada función y cada posición de nuestro cuerpo….
Somos alma, la que expresa eso que va más allá de lo cotidiano, esa que habla más de una vez y no escuchamos…esa fuerza superior que nos  conecta con lo más profundo y permanente de nuestra existencia…
Y somos más que esto… nuestros ancestros, nuestras memorias celulares, nuestro doble (nuestra parte “cuántica” de la cual recién se conoce y falta tanto por experimentar y aprender), nuestra Fuente… Somos un maravilloso y complejo milagro, tan completo, tan perfecto, tan magnífico…Pero en el día a día lo olvidamos… Y nos desconectamos de esto tan inmenso que somos para “engancharnos” con los problemas cotidianos…Nos desconectamos de nuestra esencia para no vernos tan maravillosos… y al separarnos nos sentimos solos, carentes, sufrimos…comenzamos a remar contra la corriente de la vida, que solo
fluye y conecta…
Todo esto está tan interrelacionado, tan entrelazado, que no podemos sentir, sin darle un pensamiento, no podemos sentir una emoción, sin que nuestro cuerpo active su maquinaria… Todo en un perfecto equilibrio,
funcionando en armonía tal como Dios nos creó…

Cuando olvidamos todo esto, comienzan nuestros desequilibrios… Juzgamos, nos sentimos tristes o enojados, se activan numerosas emociones que ya veremos… y nuestras emociones no resueltas quedan en nuestro cuerpo y activan lo que llamamos enfermedades…
Hacer foco en nuestras emociones, nos ayuda a encontrar ese equilibrio, de la mano de las creencias, que ya trabajaremos. Nos ayuda a encontrar la raíz de las emociones, que siempre está en una interpretación…
Si nos diéramos cuenta de que estar enfocados en este milagro que somos, resuelve la gran mayoría de nuestros problemas, tendríamos esto presente todo el tiempo y simplemente viviríamos agradeciendo, amando,
cumpliendo nuestro propósito, Siendo…. Una gran experiencia a la cual hemos venido a esta vida, en este espacio ¡y en este tiempo!

TODAS MIS EMOCIONES SON MAESTRAS

Todas ellas nos enseñan algo importante de nosotros mismos.

  • No las negamos.
  • No las rechazamos.
  • No las controlamos.
  • No las evitamos.
  • No las juzgamos

Simplemente, las vivimos, aprendemos de ellas, las observamos, y una vez que aprendimos y escuchamos su mensaje, las transformamos si ya no son necesarias en nuestras vidas. O las disfrutamos, ¡si ellas nos permiten ser felices!
Todas nos enseñan. Solo que algunas no nos permiten en el momento aprender .. El enojo cuando aparece nos nubla… Allí es importante bajar la intensidad. Reorientar ese enojo. Ya hablaremos más de él… y para ese
caso ya tenemos una gran posibilidad de transformación con los Pensamientos Benevolentes.
Qué nos enseñan las emociones? Recordemos que las emociones se activan frente a algo que pasa. Entonces nos enseñan en relación con algo que ocurre:

  1. Que eso es importante para nosotros.
  2. Que necesitamos prestarle atención.
  3. Que eso activa un programa de creencias, pensamientos, emociones nuestras anteriores a lo que está ocurriendo, no sanado.
  4. Que esa emoción nos invita a nuevas acciones… algunas veces, nos invita a quedarnos en silencio, observando.
  5. Que cuando las escucho, puedo transformar lo que ocurre si eso no me gusta… o que puedo intensificar ese camino, si me gusta. Recuerden que las emociones son nuestro GPS.
  6. Que hay que ser impecables en reconocer este aprendizaje. Ya que no hacerlo, nos puede llevar a lugares que no queremos.

Hay muchas formas de aprender de las emociones, y cada una tiene su mensaje. Eso es lo que iremos viendo a lo largo de estos 40 días.
A simple vista, ¿qué creés que te enseñan las principales emociones que reconociste ya en vos?

Elegí una emoción agradable y hacé que crezca.

Las emociones son flexibles, podemos cambiarlas, podemos elegirlas, podemos hacer que ellas nos enseñen lo que tienen que enseñarnos, que nos muestren lo que pueden mostrarnos y si ya aprendimos y no nos resultan agradables, podemos elegir otras (esto quizás lleva tiempo y un proceso que ya aprenderemos), y si nos resultan agradables, hacer que ellas crezcan… Hablaremos ya de las distintas emociones…Hoy vamos a
elegir alguna que sea agradable para cada uno. Podemos hablar de la alegría, por ejemplo…

¿Qué nos enseña la alegría? Que esas cosas que estamos viviendo, alimentan nuestra felicidad, que algo nos gusta, que hacer eso que hacemos nos da placer, que estar con alguien con quien nos sentimos a gusto, hace que la emoción que ya experimentamos de alegría crezca… (¡¡No esperamos que el otro nos de alegría!! Ojo, eso ya lo veremos) Hoy, experimentaremos esto de que podemos elegir nuestras emociones.

EJERCICIO

  1. Elegí una emoción que te haga sentir bien, a gusto…
  2. Ahora vas a fijarte qué cosas te activan esa emoción. Si es alegría por ejemplo…
  3. Hacé una lista de 5 cosas que te den alegría…Las cosas de la lista tienen que estar a tu alcance. Tienen que depender de vos. No tienen que depender de otra persona.
  4. Ahora, experimentala, haciendo algo de aquello que te hace sentirla…algunas de las cosas de la lista. Si hoy estás triste, por ejemplo, te propongo que busques algo que te haga bien, y lo hagas, aunque no tengas ganas de hacerlo. Por ejemplo: salir a dar un paseo… Hoy, decidí esa emoción, y que todo lo que hagas esté teñido” de ella. Proponételo. Decidilo. Preguntate, qué cosas puedo agregar a esto que estoy viviendo para que crezca mi alegría…

EJEMPLOS: Disfrutar la naturaleza.
Una música, un libro, una charla… Salir con alguna persona y regalarle cosas que le gusten a esa persona,
hacer que esa persona también la pase muy bien, como vos… ¿Qué más agregarías a esta lista?
¿Lo hacemos? ¿Hacemos que crezcan emociones lindas? Podemos divertirnos, sentirnos bien, cambiar nuestro humor, sentirnos más livianos…

Nos daremos cuenta de que esto no depende de otros, sino de nosotros mismos.